La idea de diseñar una «Casa Espacial» para su uso en la Tierra nació hace 21 años, tras el gran terremoto de 1999 en Izmit, Turquía. “Empezamos a preguntarnos si algunas de nuestras tecnologías avanzadas desarrolladas para la exploración espacial podrían producir una construcción terrestre completamente a prueba de seísmos», dijo Fritz Gampe, funcionario senior del Programa de transferencia de tecnología de ESA (TTP).

El diseño que idearon los ingenieros y diseñadores produjo una estructura parecida a una esfera, una de las formas autoportantes más estables. Dado que se apoya en patas, está aislado de los movimientos de abajo, dado que básicamente se desliza sobre la superficie.

En su diseño en el 2004 la Casa Espacial puede soportar vibraciones sísmicas de hasta 7 grados en la escala de Richter, vientos de hasta 220 km/h y hasta 3 metros de inundación. Estas especificaciones que surgieron de conversaciones con empresas de seguros considerando una ubicación europea típica.

La compañía AI SpaceFactory ganó un concurso de la NASA por su diseño de bases espaciales para astronautas en el planeta Marte. Hasta ahora, la arquitectura espacial se ha centrado principalmente en la ingeniería, con proyectos como estaciones espaciales orbitales o convoys de exploración a la Luna o a Marte , encargados por agencias espaciales como la ESA (Europa) o la NASA (EE. UU.).

Pero en los últimos años, un espectro cada vez más amplio de profesionales (como arquitectos y sociólogos), así como empresarios e inversores (no todos bien intencionados), se han unido al desafío de diseñar entornos construidos extraterrestres, la nueva carrera espacial del siglo XXI.

Ahora, la empresa busca reflejar sus diseños aquí en la Tierra usando impresoras 3D.