Tener humedad en casa no es solo un problema estético. Descubre cómo afectan las humedades a la salud de tu vivienda y a la de tu familia y cómo combatirla
Ni las manchas en las paredes, ni la pintura desconchada, ni los malos olores en armarios. Si crees que estos son los problemas más importantes de tener humedad en casa conviene que hagas un cambio. Son el más visible y antiestético, cierto, pero no el más grave.
¿Sabías que la alta concentración de humedad ambiental en una casa puede empobrecer la calidad del aire que respiras? Y no solo eso, sino que crea el caldo de cultivo perfecto para la aparición y proliferación de hongos, mohos y ácaros. ¿A qué ahora lo de los malos olores te parece lo menos importante?
¡Una casa enferma!
Tener humedad en casa es más importante de lo que puede parecer a simple vista. No solo se trata de eliminar el antiestético moho que mancha las paredes o de repintar esas zonas en las que la pintura se ha despegado.
En el afán por disimular las manchas de humedad que se forman en las paredes, algunas personas ubican muebles y otros elementos sobre la zona afectada. El problema es que esto impide la circulación del aire y, dado que el moho queda retenido, se favorece su proliferación. Así, lo más conveniente es separar los muebles a una distancia considerable, procurando que quede el espacio necesario para una correcta ventilación.
En casos de una humedad severa y prolongada, puede poner en riesgo la estructura de la vivienda. Un muro puede llegar a perder la mayor parte de su capacidad de carga debido a que se debilita la fuerza de cohesión de los elementos y materiales que lo constituyen. Además, el contacto de esta superficie mojada con el aire hace que se produzca la oxidación del muro pudiendo llegar a ser un problema muy serio.
Otro problema derivado de las humedad es que se dispara el gasto energético. Desde el momento que aparece una humedad, sin importar su tamaño o gravedad, la vivienda deja de ser energéticamente eficiente, así de simple.
¡Una familia enferma!
Lejos de ser una exageración, es una realidad avalada por la comunidad científica en numerosos estudios e investigaciones. En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la «Guía sobre calidad de aire interior: humedad y moho» y estableció que hay evidencia epidemiológica suficiente para concluir que los ocupantes de edificios con humedad están en riesgo de desarrollar síntomas del tracto respiratorio superior e inferior (incluidos la tos y el silbido al respirar), infecciones respiratorias, asma y exacerbación del asma. Y en el año 2011 la propia OMS añadió la falta de aire (disnea), la bronquitis y la rinitis alérgica a la lista previamente citada. En todos estos casos, los niños y los ancianos suelen ser los más perjudicados.
Humedad, un inquilino más en casa.
Cómo prevenir y eliminar la humedad.
Como todo en la vida, el mejor remedio es la prevención. No existen recetas mágicas, pero sí algunos consejos que pueden ayudarte a mantener a raya la humedad en casa.
Pero si la humedad ya ha hecho aparición en casa, no lo dudes: ponte en manos de un profesional cualificado para que pueda valorar el alcance del problema lo antes posible y solucionarlo antes de que vaya a más. Porque la humedad no desaparece por arte de magia. Al contrario, el paso del tiempo es su mejor aliado.