Los días libres en verano no solo son para descansar o viajar. Muchos aprovechan para hacer pequeñas reformas en el hogar de cara a estrenar una nueva cara en el otoño. Y pintar las habitaciones de casa para darle un nuevo aire es uno de esos arreglos.

Para gustos, los colores, siempre se ha dicho, y en el caso de la decoración del hogar es cierto. Puede que no te quieras salir del clásico blanco de las paredes, pero si quieres animarte con un poco de color, estos son algunos de los tonos que marcarán las tendencias decorativas el nuevo año.

Aunque climatológicamente vivamos en verano todo el año, cuando se trata de tendencias del hogar los diseños sí que varían bastante acorde a la época y aunque hay muchas personas que no siguen tendencias y prefieren su estilo fijo a veces también se ven motivadas a variar y darle otro toque al hogar. Que mejor manera de hacerlo que actualizándote con los colores de temporada o reanimando los tuyos, que puede que estés en la onda y no te hayas dado cuenta.

Dependiendo los colores que decidas emplear puedes lograr diferentes efectos visuales e incluso podrían repercutir en la energía tuya y en la que transmite tu hogar.

Colores tenues vs colores vivos

En los últimos años ha triunfado el estilo nórdico en la decoración del hogar, donde el minimalismo en los muebles y detalles y los colores blanco y gris son los verdaderos protagonistas de esas casas. Tonos que se mantendrán en alza en 2020. Y es que el decidirnos por estos colores otorgará amplitud visual y luminosidad a estas habitaciones.

Al contrario, los que no temen que esas estancias cobren originalidad, los tonos estrella de lo que viene en decoración pasa por colores como el azul cobalto, el verde oliva o el mostaza. Tampoco es necesario que las cuatro paredes de tu dormitorio lleven esos colores, sino que puedes pintar solo la del cabecero o algunos detalles como molduras o una columna.

Colores vivos

La elección de los colores de tu hogar ya va más allá de solo lo estético, también influyen en nuestro estado de ánimo. Si necesitas una inyección de energía y vitalidad, opta por colores como el amarillo, el rojo o el naranja. Empléalos de manera inteligente, no vayas abusar para que no logres un efecto desagradable que vaya a saturar.

Para los dormitorios, un tono azul claro es ideal ya que invita a la relajación y la paz; mientras que tonos más neutros o fríos como el blanco hacen que esas estancias se vean más grandes de lo que realmente son en superficie.